En 1983, el presidente de Toyota, Eiji Toyoda, acuerda en una reunión secreta junto a un grupo de directivos de la compañía lanzar una marca capaz de desafiar a las mejores del mundo, especialmente en el mercado norteamericano.
El lema original de la firma es ‘La implacable persecución de la perfección‘. El fabricante prosigue su expansión, y en 1990 comienza una exportación limitada a Suiza, Reino Unido, Canadá y Australia.