Bayerische Flugzeug-Werke (BFW) se funda el 7 de marzo de 1916 e incorpora la planta de Otto-Werke.
Un año después, Max Friz asume el cargo de ingeniero jefe en la factoría de motores de Rapp-Motorenwerke. Su reto es diseñar un propulsor que permita a los aviones volar a mayor altura. El resultado es una mecánica de seis cilindros en línea en el que la culata y los cilindros forman un bloque indivisible. Aunque no tiene terminados los planos técnicos, una delegación de la Aviación Nacional se interesa por el proyecto y le encarga 600 motores. El éxito de la empresa motiva su reorganización. El fundador, Kart Rapp, se marcha.